CDMX a 24 de septiembre, 2024.-  Este fin de semana, Rubén Moreira Valdez, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, llevó a cabo un simulacro electoral que dejó en evidencia la complejidad y las dificultades de la reciente reforma al Poder Judicial, la cual obliga a la realización de elecciones para seleccionar a ministros, magistrados y jueces. El ejercicio pretendía demostrar cómo se llevaría a cabo este sufragio en un escenario hipotético en la Ciudad de México en 2025, pero los resultados dejaron más dudas que certezas.

 

El simulacro, que buscaba seleccionar entre 4,182 nombres a los 648 nuevos funcionarios judiciales, resultó ser un proceso complicado y lento. Los participantes, que actuaron como ciudadanos, debieron presentar su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), recibir un total de 25 boletas y anotar los nombres de los candidatos para diferentes cargos. En el caso de los ministros de la Suprema Corte, por ejemplo, los votantes debían elegir nueve nombres de entre 81 opciones.

 

Sin embargo, las dificultades no tardaron en aparecer. El tiempo de espera se alargaba a medida que las personas llenaban las boletas, lo que generó retrasos considerables y molestia entre los votantes. Además, la distribución de las 25 boletas en sus respectivas urnas resultó ser otro desafío logístico que, según los participantes, complicó aún más el proceso.

 

Miguel Ángel Sulub, un abogado participante en el simulacro, comentó que le tomó más de cuatro horas completar las boletas. La falta de espacio y la necesidad de escribir tantos nombres a mano hicieron el proceso sumamente tedioso. Por su parte, Mario Di Costanzo, especialista en finanzas, expresó que la experiencia fue frustrante, describiéndola como una “pesadilla electoral”. Según Di Costanzo, el espacio para escribir era insuficiente y se generó una confusión generalizada entre los participantes.

 

Al finalizar el simulacro, Rubén Moreira destacó que este ejercicio refleja claramente las dificultades que conllevaría la implementación de esta reforma judicial. Señaló que, si bien el objetivo de democratizar la elección de jueces y magistrados podría sonar atractivo, en la práctica resulta inviable, pues el proceso es sumamente engorroso y difícil de gestionar. Además, Moreira advirtió que, debido a la rigidez de los temas incorporados en la Constitución por los legisladores de Morena, modificar estos puntos requeriría una nueva reforma, lo que complica aún más la situación.

 

Con los resultados de este simulacro, surgen importantes interrogantes sobre la viabilidad de la reforma judicial propuesta por Morena. Las quejas sobre la complejidad del proceso y el descontento de los votantes plantean un escenario poco favorable para su implementación a gran escala. ¿Será necesario replantear la reforma? Lo cierto es que, si no se simplifica el proceso electoral para el Poder Judicial, su ejecución podría generar más problemas que soluciones en la administración de justicia en México.

 

 

 

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